Muchas personas unen alcohol y depresión. En este artículo explicaremos por qué es un grave error y cómo se pueden tratar ambos problemas.
¿Cuál es la relación entre alcohol y depresión?
La depresión es un trastorno emocional que provoca un sentimiento de tristeza constante y anhedonia, es decir, una pérdida de interés total o parcial para realizar las diferentes
actividades. Esta patología afecta a los sentimientos, a los pensamientos y el comportamiento de las personas ocasionando una gran variedad de problemas físicos y emocionales, llegando a impedir realizar tareas cotidianas.
El consumo de alcohol está asociado sobre todo a situaciones sociales, donde pensamos que tomar unas cañas nos desinhibe, pero más allá de eso, produce el efecto contrario. El alcohol es una droga depresora del Sistema Nervioso Central, es decir, ralentiza las funciones del cerebro y puede afectar a la capacidad de autocontrol. Temporalmente permite a las personas desconectar de sensaciones y pensamientos negativos, que, en caso de las personas depresivas, se mantienen activos todo el día.
Peligros de unir alcohol y depresión
Tener hábitos no saludables en nuestra vida, como el consumo de alcohol, puede ser un factor, que, sumado a otros, ocasiona un trastorno depresivo. Otras veces, es el abuso de alcohol la consecuencia de esta patología. Si la enfermedad está asociada al consumo de fármacos antidepresivos, el efecto de estos puede estar alterado por el consumo de bebidas alcohólicas.
El consumo de alcohol puede aumentar la duración y gravedad de los síntomas del trastorno depresivo:
– Aumento de la tristeza y anhedonia.
– Dificultad para concentrarse, recordar detalles.
– Problemas en la toma de decisiones.
– Fatiga y disminución de energía.
– Insomnio o sueño excesivo.
– Pérdida o aumento del apetito.
– Dolor de estómago, de cabeza.
Según la OMS, se define el alcoholismo como cualquier deterioro en el funcionamiento físico, mental o social de una persona, cuya naturaleza permite inferir razonablemente que el alcohol es una parte del nexo causal que provoca dicho trastorno.
Tratamiento para problemas entre alcohol y depresión
Entre los problemas psíquicos más habituales que provoca el alcohol están los trastornos de la conducta por el consumo de alcohol, la irritabilidad en el medio familiar, el delirium tremens o la alucinosis alcohólica y la demencia o envejecimiento precoz.
Las terapias utilizadas más frecuentes para el tratamiento del consumo de alcohol y la depresión son:
Terapia asistida con medicamentos
Donde un especialista pauta al paciente un tratamiento medicamentoso para aliviar los síntomas de abstinencia y reducir sus antojos.
Terapia cognitivo conductual
El psicólogo ayuda al paciente a reemplazar los pensamientos negativos e intrusivos por pensamientos positivos. Se le enseña a identificar los desencadenantes que provocan el consumo de alcohol y qué hacer para evitarlo.
Terapia de grupo
Proporciona una salida para que las personas con la misma problemática pongan en común sus dificultades y ofrecer consejo a situaciones vividas similares para trabajar en su recuperación.
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