La etiqueta de un producto alimenticio, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) es cualquier rótulo, marca, imagen u otras materias descriptivas o gráficas que estén escritas en el envase del alimento. Esto nos va a aportar información de interés acerca del alimento, y en este blog trataremos de explicar de manera sencilla cómo interpretar el etiquetado nutricional de los alimentos.
¿De qué se compone la etiqueta de un producto alimenticio?
Las etiquetas normalmente tienen dos secciones que siempre aparecen (ingredientes e información nutricional) y otras secciones que encontramos a veces, como el modo de preparación del alimento o las declaraciones nutricionales del tipo “alto en calorías” o “alto en sal”.
Sección de ingredientes:
El apartado de los ingredientes es fundamental, y es que a veces nos centramos demasiado en la composición nutricional del producto y no tanto de sus ingredientes. Aquí veremos los ingredientes del alimento ordenados de mayor a menor cantidad. Es decir, si vemos el azúcar entre los primeros ingredientes del alimento quiere decir que éste se compone principalmente de azúcar, como es el caso de muchos tipos de galletas, bollería, cereales de desayuno, salsas y más.
A la hora de escoger un alimento, intentaremos que esta sección tenga poco (o no tenga) de algunos ingredientes menos recomendables, como son el azúcar o similares, las harinas refinadas (no integrales), la sal o las grasas de peor calidad (girasol, soja, nabina, linaza, vegetales hidrogenadas, margarina o palma).
Si el alimento tiene más de 5 ingredientes, lo podríamos considerar ultraprocesado según la clasificación NOVA, por ello solemos seguir la norma de que, cuantos menos ingredientes mejor, e intentar que esté por debajo de 5. En Auramed (Especialidad en nutrición) te ayudaremos a escoger los alimentos adecuados con la ayuda de uno de nuestros nutricionistas.
Otra información relevante (en algunos casos) que nos da esta sección es que, si vemos algún ingrediente en mayúsculas o con la letra en un tono más fuerte, es porque el alimento contiene alérgenos, por lo tanto, las personas alérgicas deberán evitar su consumo.
Además, recuerda que la industria alimentaria no siempre lo pone fácil, y tratará de ocultar algunos ingredientes como el azúcar llamándolos de otra forma: glucosa, sacarosa, dextrina, siropes, jarabes, néctares, panela…
¿Qué nos indica la información nutricional del producto?
La información nutricional o composición nutricional que aparece en la etiqueta de un producto alimenticio son el conjunto de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, grasas, etc.) que hay en el producto. Éstos van a estar indicados por ración (en medidas caseras normalmente) o por cada 100 gramos de producto. Es decir, puedo saber cuánto hidrato de carbono, azúcar, grasa, grasa saturada, proteína, fibra y sal hay por cada 100g de producto, por lo que sabríamos de qué porcentaje de todo lo anterior se compone el alimento.
También en esta misma sección podemos ver el porcentaje de valor diario de cada nutriente y así saber si me estoy pasando de sal o de otros nutrientes.
En resumen, la información nutricional nos va a ser muy útil para comparar entre productos similares y saber cuál me interesa más según mi situación.
Ahora que sé todo ésto… ¿Cómo interpreto la etiqueta de un producto alimenticio?
Con todo lo anterior ya sabemos los aspectos que menos interesan de los alimentos con etiquetado nutricional… pero ¿Cuáles cogemos para nuestra alimentación? El momento de consumo será clave para contestar a esta pregunta. Cuando preparamos un plato o menú nos fijamos en el famoso Plato de Harvard .
El momento de consumo del alimento puede ser como primer plato, segundo plato, plato único, snack, postre… y es que cada uno tiene cualidades distintas. Según el plato saludable, un primer plato se compondrá de verduras fundamentalmente y un segundo plato de proteínas. Por lo que para un primer plato será bueno ver que los ingredientes son principalmente verduras y para un segundo plato que haya suficiente proteína en la sección de información nutricional, ya que culturalmente acostumbramos a que el segundo plato sea de carne, pescado o huevos, y tendría poco sentido que el segundo plato fuera un puré. Los snacks o los postres pueden tener otras cualidades como saciedad (fibra de la fruta o proteína del yogur), completar los platos anteriores o cualidades de disfrute del alimento como el momento de consumo social de este en un entorno con más personas.
Sería bueno en definitiva que interpretáramos el alimento en su conjunto y no por cada propiedad de forma aislada. De hecho, un alimento no es sólo los nutrientes que contiene, ni sus ingredientes ni el porcentaje de ellos… es mucho más que eso, ya que también contiene aspectos culturales o hedónicos entre otros.
Este blog nos ayudará a entender qué alimentos procesados escoger, pero desde Auramed recomendamos basar nuestra alimentación en productos frescos y de calidad. Para cualquier duda, visita nuestra web y/o acude a uno de nuestros nutricionistas. ¡La primera consulta es gratis!